Las personas en ocasiones decimos alguna que otra mentira para conseguir algún beneficio personal o para evitar algún 'castigo', pero aquellxs que están padeciendo este trastorno crónico conocido como 'mentira patológica' pasan a decir mentiras que no tienen un propósito claro ni fundamentado.
Las mentiras pueden ser extremadamente descabelladas y no tener absolutamente nada que ver con la realidad, aunque también existen casos de distorsión de la realidad o embaucamiento. En muchos casos, las mentiras puede llegar a hacer daño a la persona que las dice, pues el comportamiento de un mentiroso patológico puede ser incomprensible para el resto de las personas.
En un artículo en el sitio web del Psychiatric Times, el Dr. Charles Dike de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale describe el caso de un paciente al que denominaron “Sr. A”, que se enfrentaba a la pérdida de su trabajo debido a la mentira. El Sr. A dijo a sus compañeros de trabajo que le habían diagnosticado una enfermedad incurable. Sus compañeros de trabajo inicialmente estaban preocupados y apoyaban a esta persona, pero a medida que pasaban las semanas empezaban a darse cuenta que algo no estaba yendo bien, que algunas cosas de aquella historia no encajaban, por lo que comenzaron a sospechar. Comenzó a decir mentiras cada vez más escandalosas para encubrir mentiras anteriores. Cuando ya no pudo soportar la presión, dejó de ir a trabajar. Si bien puede parecer que dijo la mentira original para "poder encajar", al final sufrió consecuencias que incluyeron ansiedad extrema y la posible pérdida de su trabajo. A los problemas del Sr. A se sumó el hecho de que había perdido otros trabajos en el pasado y su vida personal estaba sufriendo debido a sus mentiras. Era consciente de que su comportamiento no era normal, pero sentía que no podía controlar su mentira, por lo que buscó ayuda psiquiátrica.
Este caso ilustra algunos de los rasgos comunes asociados con la mentira patológica (también conocida como mitomanía o mentira mórbida):
• Mentiras excesivas que son fáciles de verificar como falsas.
• Se dicen mentiras que no traen ningún beneficio y pueden ser perjudiciales para el mentiroso.
• El comportamiento se repite una y otra vez sin tener en cuenta las consecuencias.
• Los mentirosos patológicos suelen esconder la verdad cuando "son pillados" y pueden contradecirse a sí mismos cuando se les pregunta.
Aunque la mentira patológica ha sido reconocida por los expertos en salud mental durante más de cien años, ha habido una cantidad muy baja de investigaciones dedicadas a este trastorno. Un estudio en 1000 jóvenes delincuentes citados por el Dr. Dike encontró que alrededor del 1% se vieron afectados por la mentira patológica. Se identificó el comienzo de este trastorno a la edad de los 16 años y se detectó a los 22 años. Los hombres y las mujeres parecen verse igualmente afectadxs por el mismo.
La Clínica Mayo clasifica la mentira patológica como perteneciente al espectro de comportamientos conocido como Trastorno Antisocial de la Personalidad (anteriormente conocido como Sociópata). Otros síntomas de este trastorno de la personalidad incluyen un desprecio flagrante por los sentimientos y las inseguridad de los demás, comportamiento agresivo o violento, afán de protagonismo y grandes dosis de egocentrismo. El trastorno de personalidad antisocial es causado por una combinación de factores genéticos y ambientales. La negligencia, el abuso y el trauma en la infancia pueden aumentar el riesgo de desarrollar este trastorno de la personalidad.
Las personas que parecen estar sufriendo de mentira patológica deben consultar a un proveedor de atención médica o profesional de salud mental. Debido a que es una condición crónica que ocurre durante la edad adulta, a menudo se necesita tratamiento a largo plazo. Los enfoques de tratamiento incluyen psicoterapia, medicamentos y hospitalización. Sin tratamiento, esta afección puede causar daños significativos tanto a la persona con el trastorno como a sus familias, amigos y pareja.
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