Te explicamos cómo la población con problemas de salud mental (y también los que no) enmascara sus emociones "para encajar" y qué efectos negativos tiene en ellxs.
Muchas personas neurodivergentes no experimentan las relaciones y emociones de la misma manera que "el grueso de la población" (o población neurotípica) y esta diferencia en sí les puede generar sensación de no "ser normales" o "no encajar".
También sufren discriminación del entorno o pueden sentir que nadie les entiende. Es ahí cuando aparece una herramienta de adaptación: ponerse la máscara neurotípica. Radica ahí la necesidad de entender estas diferencias que existen entre las personas neurodivergentes y las neurotípicas, para crear un modelo de sociedad más justo y empático. Pero ojo, no desde una perspectiva de la 'compasión', sino de entender el 'problema', para entre todxs, conseguir el cambio.
PONGAMOS UN EJEMPLO
Las personas que forman parte del espectro autista (TEA) poseen una forma distinta de relacionarse y comunicarse, así como de experimentar sus emociones. Esta diferencia, al no ser neurotípica puede conllevar problemas en la relación con el entorno.
Muchas personas toman conciencia de sus comportamientos e intentan modificarlos, no para estar mejor consigo mismas, sino para evitar que se les lea como "personas que no encajan"
¿Y ESO ES UN PROBLEMA?
No tiene por qué, pero puede llegar a serlo. No estamos tratando el malestar de la persona, sino que esta técnica enmascara sus experiencias, por lo que pueden llegar a invalidarlas. Aunque pueda prevenir ciertas situaciones como el acoso escolar o el mobbing en el trabajo, mantener esta máscara con el tiempo puede llegar a derivar en episodios ansiosos, cuadros depresivos y burnouts (síndrome de estar quemado o desgaste profesional).
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Retirar la máscara de golpe puede ser muy duro para las personas que la han desarrollado como mecanismo de defensa.
Un ejercicio muy importante aquí es empezar a derribar el estigma de los trastornos mentales y asumir que hay otras maneras de vivir y experimentar las emociones. Las neurodivergencias merecen atención psicológica, pero no porque sean "bichos raros" o "trastornadxs" sino porque esos trastornos conllevan un alto malestar para las personas que lo sufren. Comprender que no están gestionando sus emociones y su vida en general de la misma forma que la población general hace, puede ayudarles a sentirse cada día más libres y tal cual son. Sin embargo, no decimos que sea una tarea fácil, pues si nos referimos al trastorno por espectro autista, anteriormente mencionado, todxs sabemos que existen difentes grados del mismx, siendo a veces más sencillo que otras comprenderlxs, ayudarlxs y empatizar.
Debemos tener también en cuenta, que no es lo mismo una persona que padece 'masking', a una que padece un trastorno disociativo, aunque ambos trastornos parecen 'ir de la mano'. Y es muy sencillo de entender. Si una persona neurodivergente ha convertido su forma de vivir en una 'máscara' continua para 'adaptarse al medio' desde que son muy pequeñxs (como ocurre normalmente), el término 'masking' se suele quedar bastante corto, por lo que quizá podríamos hablar de un trastorno disociativo. Para que me entiendas mejor, solo tienes que imaginarte a una persona homosexual que toda su vida se ha visto obligada a 'fingir' una vida heterosexual (o heteroconvencional mejor dicho), no por elección, sino que inconscientemente 'se ha creado una vida alternativa' y no es consciente de una realidad, podría estar simplemente mintiendo, quizá no se 'haya dado cuenta aún', o se puede hablar de un trastorno disociativo. Pues lo mismo ocurre con el resto de casos, por lo que podemos concluir que una de las características más llamativas del 'masking' es su 'corta temporalidad', así como su involuntariedad.
Por eso decimos que va de la mano con la disociación, con una alineación constante, una identidad mutilada e infradesarrollada. Estas personas ven cortados los lazos que les une con su verdadera forma de ser, viendo como la responsabilidad de su persona en lugar de caer sobre sus propias decisiones y acciones, caen en las manos de lxs demás. Esto, aunque leído así suene de un egoísmo humano que roza lo aterrador, es completamente cierto: ocurre por el simple hecho de que su identidad es inaceptable a ojos de la sociedad.
En casos extremos (que no poco frecuentes), el masking provoca una disociación permanente que lleva a un trastorno de identidad disociativo, anteriormente llamado trastorno de personalidad múltiple.
Quizá no debería hacerlo, pero bien es sabido que una de las características de las personas autistas es la 'alexitimia', es decir, la incapacidad de saber que se siente tanto física como emocionalmente, así que bajo mi punto de vista-y tómatelo como tal-, esa alexitimia es el fruto de ese estado disociativo permanente y no una característica innata de su neurología.
Ese sentimiento de opresión, de estar controladxs por 'las masas', por lo que socialmente 'está bien y lo que está mal' no solo afecta gravemente a las personas autistas (las cuales como sabemos 'luchan' constamente con sus estímulos y sensaciones); el masking también se usa en trastrornos como el TLP (trastorno límite de la personalidad) o el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), por lo que no está limitado al espectro autista. Y voy más allá, también lo hacemos la población en general, de ahí que en los últimos años estemos empezando a usar la palabra 'masking' para toda aquella situación en la que intentamos ser algo que no somos y eso, no está bien.
Ese mensaje de que todo 'lo diferente' es vergonzoso, inhumano, indeseable o peligroso, es lo que le estamos trasladando a los más pequeños, convirtiéndose en un peligroso bucle con difícil (que no imposible) final.
Permíteme darte un consejo, la próxima vez que veas a un niño jugar con la caja de cartón que contiene un puzzle, en lugar de regañarlo y obligarle a hacer el puzzle, siéntate y convierte esa caja de cartón en una nave espacial o en una casa. De lo contrario, lo estará obligando a disociar. Del mismo modo, cuando una persona autista va a trabajar y lx obligas a hablar o tener conversaciones con sus compañerxs, cuando no le apetece, lo estás obligando a disociar.
Lo diferente no es malo, lo malo es obligar a todo el mundo, a ser lo que eres tú. Lo malo es dejar que otrxs decidan quién eres tú, como generas tu felicidad, tu paz. Haz el bien y sean felices.
3 Comentarios
Sobre el tema del Maskin, es interesante informarse de algo más común de lo que pensamos. De ahí la necesidad de que se implementen más medios para atender los trastornos mentales leves o no tan leves. Un Saludo
ResponderEliminar¡Totalmente de acuerdo! ¡Feliz día!
Eliminarmuchas gracias! me gustaría mucho conocer el/la autor/a de este escrito
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